Las personas que desarrollan Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) manifiestan problemas relacionados con la carencia de herramientas para gestionar situaciones personales desbordantes y multiproblemáticas. Esta carencia de control sobre los acontecimientos que se producen en su día a día se traduce en la gestión de lo único que se ven capaces de controlar: el propio cuerpo, el peso y la imagen.
Cuando hablamos de Trastornos de la Conducta Alimentaria nos referimos a la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

La detección temprana de los TCA es un elemento fundamental. En los primeros momentos es determinante saber si realmente se está desarrollando un TCA  y, en caso afirmativo, cómo comunicarlo a la persona afectada para poderla ayudar.

El entorno de la persona que está desarrollando un TCA coincide en un aspecto clave: la persona afectada es como si se hubiera transformado, como si ya no fuera la misma persona. Los cambios que observan los familiares y su entorno más cercano (amigos, escuela, compañeros de trabajo, ocio…) se convierten en señales de alerta que pueden ayudar a intervenir a tiempo.

Aspectos relacionados con el estado de ánimo y comportamiento:

  • Cambios de humor frecuentes, incluso con un estado depresivo e irritable.
  • Dificultades para concentrarse, disminución del rendimiento académico, reiteradas bajas laborales.
  • Dificultades en la expresión emocional, miedos y ansiedad.
  • Problemas relacionados con la baja autoestima.
  • Tendencia al aislamiento social, dejando de quedar con el entorno más cercano, sobre todo evitando actos sociales que impliquen comer.Visitas continúas al WC después de las comidas.
  • Aumento del cansancio, mareos y rampas.
  • En relaciones de pareja aparece aislamiento de la pareja hacia su entorno. El otro miembro de la pareja acaba asumiendo el rol de cuidador

Aspectos relacionados con el peso y la imagen:

  • Pérdida de peso progresiva y/u oscilaciones de peso injustificadas.
  • Miedo y rechazo exagerados hacia el sobrepeso.
  • Obsesión por el peso y para pesarse
  • Abuso de la actividad física para adelgazarse.
  • Comentarios negativos sobre la propia imagen corporal.
  • Sospecha de vómitos.
  • Comparación constante con el aspecto físico de los otros.

Aspectos relacionados con la alimentación:

  • Cambio repentino en el tipo de dieta.
  • Está muy pendiente de lo que comen los otros.
  • Puede responder de manera agresiva cuando alguien hace algún comentario sobre el qué y cómo come.
  • Come de manera peculiar: cortando la comida en exceso, seleccionando el orden de los alimentos, eliminando la grasa de la comida, escondiendo comida…
  • Aumento del consumo de tabaco, bebidas y alimentos light, caramelos y chicles sin azúcar y otros productos para controlar el hambre.
  • Interés repentino por temas de nutrición, dietas y propiedades de los alimentos.
  • Interés por la cocina y la elaboración de recetas para su entorno que ella no prueba.
  • Desaparición de comida de la cocina.
  • Restos de comida en la habitación.
  • Aumento del consumo de agua.
  • Consumo de laxantes, diuréticos o pastillas para adelgazar.

La prevención de los TCA nos implica a todos: la familia, la escuela, los centros de ocio y de deporte y a la sociedad en su conjunto. Si observas que tu hijo o hija, tus alumnos, la pareja, amigos, compañeros de trabajo, familiares… pueden estar desarrollando un TCA no te preocupes, ¡OCÚPATE! Pide ayuda a profesionales especializados.
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