Adam Martín, David Bretones, Raquel Moreno, Edu Marquillas, Kemen Longo, Irene Casals, Lídia Linuesa

Dr. Vicente Turón. Psiquiatra especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria.

Se dice, y con  razón, que la mejor política de inversiones en la Salud es aquella que se aplica en la prevención de las enfermedades y como tal la anorexia y  la bulimia nerviosas pueden ser prevenidas. Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades causadas por la acción de diferentes factores: psicológicos, socio-culturales y físicos, son trastornos de causa múltiple y en los que no siempre es fácil averiguar las causas principales que han desencadenado la enfermedad en un caso concreto.

La pregunta clave es: ¿Qué pueden hacer los padres para evitar o reducir la aparición de este tipo de comportamientos potencialmente peligrosos? Hay dos aspectos fundamentales, el primero es que padres y madres precozmente enseñen a los hijos a comer correctamente, tanto en la composición y cantidad de los alimentos como la forma de comer, más adelante cuando por la edad lo puedan comprender hay que enseñar que es una alimentación saludable y la importancia de no saltarse comidas. La familia debería instaurar como una rutina hacer al menos una comida al día toda la familia reunida alrededor de la mesa, esta mesa bien dispuesta, en una conversación agradable y distendida para que sea asumida por todos, de manera progresiva a medida que crece el niño,  como un acto familiar agradable deseado.

El segundo aspecto, y tiene una gran importancia,  es el papel que tiene la familia en la educación respecto a la imagen corporal, mediante el consejo y ejemplo de los padres los niños y adolescentes deben desarrollar las habilidades e intereses para llevar una vida rica y satisfactoria sin basarla en el peso o las dimensiones corporales. Se les debe enseñar que hay un amplio abanico de cuerpos, todos diferentes y normales y que esa es la gran riqueza de la naturaleza, hacernos únicos, y aprendiendo a evitar la discriminación, los comentarios o bromas sobre el cuerpo al tiempo que se fomenta la aceptación de la variedad de estos.

Los hijos deben conocer por la información que los padres les dan de los aspectos negativos de ciertas conductas asumidas por ellos sin control con una finalidad estética. Se debe promover la comunicación entre padres e hijos, potenciar la afectividad mostrando empatía de cara a los sentimientos de los hijos y dar herramientas útiles para desarrollar una buena autoestima, con una correcta asertividad y buenas habilidades sociales. En este sentido es positivo que padres y madres tengan claras algunas pautas que pueden prevenir la aparición de comportamientos de riesgo, es fácil dar consejos pero me vais a permitir algunos validados no solo por la experiencia sino a través de muchos estudios.
Hay que evitar la sobreprotección de los hijos y también  la excesiva rigidez, se debe promover progresivamente la autonomía y la independencia sin una una  excesiva y precoz libertad ni un control extremo y más allá de lo que corresponde a la edad. Hay una máxima que todos deberíamos conocer y aplicar y es el “sentido común”. Hay que enseñarles que de sus errores extraigan conocimientos y después experiencias positivas.

Lo expuesto anteriormente es más fácil si se fomenta la comunicación en la familia, los hijos deben ver que sus ideas y opiniones son escuchadas y tenidas en cuenta al tiempo que aprenden que puede haber diferentes puntos de vista y así aprender a ser tolerantes y aceptar las diferencias respetando la autonomía de los demás y aprendiendo los límites de la propia.

Es muy importante que los padres potencien la autoestima positiva de los hijos y deben elogiarles cuando alcanzan metas para ellos importantes y no solo para los padres, pero sobre todo dar afecto y confianza cuando aparentemente hayan fracasado o se encuentren perdidos. Que se sientan valorados no solo por los éxitos escolares o por el físico también por las pequeñas cosas cotidianas.

A través de esta buena comunicación entre padres e hijos se construyen las herramientas para hacer una crítica constructiva de los estereotipos, modas, consejos e ideales que trasmiten los compañeros y los medios de comunicación y que pueden ser perjudiciales para el óptimo desarrollo psico-fisico del menor. Por ello es bueno ver la televisión o las revistas con los hijos e hijas y luego conversar sobre estos temas.

Hay que evitar que por razón de su edad tengan expectativas irrealizables o excesivamente exigentes, no es cierto eso tan engañoso que se escucha con tanta frecuencia de que “uno puede ser aquello que desee”, evitar también que los hijos cumplan las expectativas de los padres que ellos no comparten, hay que poner límites excesivos ni imponer las metas propias del padre o la madre.  Se debe promover la iniciativa y la autonomía del hijo o la hija, enseñarles a ser asertivos y con buenas habilidades sociales.

Por último permitidme volver al tema de la dieta, una alimentación saludable es aquella a través de la cual se puede conseguir y mantener un funcionamiento óptimo del organismo, es decir, garantizar un crecimiento y desarrollo adecuados en cualquier edad y estado fisiológico a lo largo de la vida, permitir conservar o restablecer la salud y reducir el riesgo de padecer enfermedades.

Para que se puedan dar estas condiciones, una alimentación saludable debe ser suficiente, completa, variada y equilibrada, satisfactoria, segura, sostenible y asequible pero también adaptada a las características individuales.

Se entiende que la alimentación es suficiente, completa, variada y equilibrada, cuando cubre, en las cantidades y proporciones idóneas, las necesidades de energía y nutrientes que requiere el organismo en las diferentes etapas de la vida, garantizando la diversidad de alimentos y de las correctas técnicas de preparación.

Una alimentación saludable debe ser una propuesta viable con un presupuesto razonable, de la que nadie quede excluido.

Finalmente recordemos una recomendación final: que nuestros hijos “se conozcan” (características físicas y psicológicas, su carácter y personalidad, virtudes y defectos), después que “se acepten” como son y desarrollen capacidades de perfeccionamiento y por último que “se quieran” y si consiguen estos objetivos sin duda el futuro será suyo.